Merry Christmas you suckers, you miserable men
That old festive season is with you again
You'll be spending your money on cartloads of junk
and from here to New Year, you'll be drunk as a skunk
Merry Christmas you suckers, it's perfectly clear
that you fall for it all a bit sooner each year
If it goes on like this, you will find pretty soon
you're singing "White Christmas" as early as June
This Christmas card racket will cost you a packet
Each season it seems to expand
The cards are so clever, though nothing whatever
to do with the subject in hand
You'll be taking the kids 'round to multiple stores
to be frightened to death by some old Santa Claus
Then it's parties with spirits and vino and beer
Merry Christmas you suckers, and a happy New Year
Merry Christmas you suckers, you bleary eyed lot
You'll never get rid of that headache you've got
but I hope you feel splendid, you certainly should
with your stomachs distended with turkey and pudd
Merry Christmas you suckers, jump into your cars
Roar off to your neighbors to sink a few jars
Though your vision is double, just keep smiling through
There are others in trouble a lot worse than you
Beyond any question, acute indigestion
will plague you and make you unwell
You won't take the warning, you'll wake up each morning
undoubtedly feeling like hell
But stick to it suckers, go swallow a pill
for this is the season of peace and good will
While we patiently wait for that nuclear blast
Merry Christmas you suckers, it may be your last
sábado, 24 de diciembre de 2011
feliz patética navidad
merry christmas you suckers by paddy roberts
lunes, 19 de septiembre de 2011
bosque
Jugando
saltando
sin miedo
corriendo
conociendo
mundos nuevos
tomados de la mano en el fondo del jardín.
Algarabía de pasiones inocentes
gritando amor en cada pétalo
en cada gota de rocío
y un tintineo de voces que sonríen (detrás de los árboles);
el cuerpo inflorescente, atractivo y caprichoso
de tu impertinencia.
saltando
sin miedo
corriendo
conociendo
mundos nuevos
tomados de la mano en el fondo del jardín.
Algarabía de pasiones inocentes
gritando amor en cada pétalo
en cada gota de rocío
y un tintineo de voces que sonríen (detrás de los árboles);
el cuerpo inflorescente, atractivo y caprichoso
de tu impertinencia.
martes, 9 de agosto de 2011
domingo, 7 de agosto de 2011
viernes, 5 de agosto de 2011
Todos tenemos que aprender algo, a veces.
Aprendí y me olvidé también lo lindo que es despertarse y sentir el perfume del rocío, la magia de la naturaleza, los gorriones bañandose en la tierra, el color de las exposiciones de arte, amar los documentales, y las meriendas a cualquier hora del día. Aprendí a mirar las estrellas, no son más que las que vos mirás... que no importa estar comunicados por celular todo el tiempo, lo que más importa es comunicar las almas, y eso es más fuerte que un satélite. Aprendí que llorar a veces es símbolo de madurez, y que el estoicismo es para los monumentos de piedra. Lo trillado y lo que no, amar siempre va a ser lo más importante de nuestras vidas.
martes, 19 de julio de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
jueves, 19 de mayo de 2011
lunes, 9 de mayo de 2011
jueves, 5 de mayo de 2011
e m p t i n e s s
Es un momento. Es ese instante, como olvidarte el camino de vuelta a casa, como a un niño que lo arrebatan del pecho de su madre, son dos manos que se sueltan y dejan de caminar juntas.
Es un momento. El desamor.
Cuando mirás atrás... pasó tanto, y queda tan poco. Es ese tiempo infinito e inconmensurable del vacío del amor. Dura tal vez unos segundos hasta el encuentro del nuevo amor, pero parece una eternidad, y es desgarrador, y nunca más voy a enamorarme de nuevo y la vida deja de tener sentido, es cómo caminar por esa calle fría y solitaria.
Respiro. Es tan solo un momento.
Es un momento. El desamor.
Cuando mirás atrás... pasó tanto, y queda tan poco. Es ese tiempo infinito e inconmensurable del vacío del amor. Dura tal vez unos segundos hasta el encuentro del nuevo amor, pero parece una eternidad, y es desgarrador, y nunca más voy a enamorarme de nuevo y la vida deja de tener sentido, es cómo caminar por esa calle fría y solitaria.
Respiro. Es tan solo un momento.
viernes, 11 de febrero de 2011
extraños
Ultimos días de verano.
Un viernes a las siete de la tarde en puente saavedra.
General paz esta repleta de autos. Intento mirar cuantos autos hay y el sol me da de lleno en la cara. Enceguecida durante unos segundos la mente se me puso en blanco.
Son días extraños estos. Habia salido a las 6.40 del trabajo, un poco mas tarde que lo usual, y me crucé a unos patrulleros a mil queriendo llegar a cabildo. Algun robo, pensé. Despues más adelante me crucé con una ambulancia. Algun herido, pensé. O quizas no. No me interesaba demasiado. Subi a la general paz atascadisima de coches. Durante esos extensos minutos parada, entre los cientos de autos, me puse pensativa. Claro, vos decís, uno siempre piensa. Mejor dicho me puse contemplativa. Comencé a mirar a los conductores a mi lado a los ojos, clavando la mirada pero sin demasiado interés (como quien mira a lindxs muchachxs). Algunos cerraron sus ventanillas. Quizas por miedo a que les penetre un rayo con la mirada, que se yo, pero justo un tipo la cerró cuando lo empecé a mirar.
Son dias extraños estos.
Unos cuantos minutos despues bajé de la autopista. Siempre ese semáforo tarda horas, más cuando hay conglomeración de automoviles. Seguia en modo contemplativo y me encontre con algo verdaderamente extraño. Enfrente mío habia un auto gris perlado, con dos pasajeros en el asiento de atrás. Un remis. En el asiento de atrás habia un hombre de tez oscura y de mirada perdida mirando hacia atras. Al lado suyo se encontraba una mujer de rulos teñidos de rubio platino, de cabellera prominente. El hombre se tambaleaba dentro del remis, miraba hacia atras, hacia delante, hacia los costados, le hablaba al remisero, le hablaba a la mujer que ni lo miraba. Ella,0 estática en su asiento. El, borracho como una cuba (si es que las cubas se emborrachan tanto). O quizas no, quizas era un oligofrénico como hay muchos. No, no tenía problemas psiquiatricos, eso era alcohol. Un tipo verdaderamente miserable, se notaba con solo mirarlo. Y la mujer, sentada, quietisima. Yo en el fiat 600 rojo desde atrás, mirando. Cruzamos miradas con el remisero tambien, por el espejo retrovisor. Un gesto desesperado, como de desasosiego. ¿Por qué a mí? Por qué levantar a "esta gente" yo? Eso estaba pensando seguramente el remisero. O quizas no. Quizas ni le importa.
Y yo estaba contemplativa. Las realidades siempre son mas crudas cuando estoy contemplativa. Cuando es tan real, tan verdadero que asusta. Yo estaba tan contemplativa que me contemplaba a mi misma. Hace tiempo que estoy asi, mirandome desde afuera.
Miro con la cabeza, ni con los ojos ni con el alma. (el alma esta en otro lado, hacia donde miro) Con el puro raciocinio, miro. Observo. Comprendo. Todo es un objeto de estudio. Hasta el remisero enfrente mio.
Recién doblaron, los perdi de rastro.
Un viernes a las siete de la tarde en puente saavedra.
General paz esta repleta de autos. Intento mirar cuantos autos hay y el sol me da de lleno en la cara. Enceguecida durante unos segundos la mente se me puso en blanco.
Son días extraños estos. Habia salido a las 6.40 del trabajo, un poco mas tarde que lo usual, y me crucé a unos patrulleros a mil queriendo llegar a cabildo. Algun robo, pensé. Despues más adelante me crucé con una ambulancia. Algun herido, pensé. O quizas no. No me interesaba demasiado. Subi a la general paz atascadisima de coches. Durante esos extensos minutos parada, entre los cientos de autos, me puse pensativa. Claro, vos decís, uno siempre piensa. Mejor dicho me puse contemplativa. Comencé a mirar a los conductores a mi lado a los ojos, clavando la mirada pero sin demasiado interés (como quien mira a lindxs muchachxs). Algunos cerraron sus ventanillas. Quizas por miedo a que les penetre un rayo con la mirada, que se yo, pero justo un tipo la cerró cuando lo empecé a mirar.
Son dias extraños estos.
Unos cuantos minutos despues bajé de la autopista. Siempre ese semáforo tarda horas, más cuando hay conglomeración de automoviles. Seguia en modo contemplativo y me encontre con algo verdaderamente extraño. Enfrente mío habia un auto gris perlado, con dos pasajeros en el asiento de atrás. Un remis. En el asiento de atrás habia un hombre de tez oscura y de mirada perdida mirando hacia atras. Al lado suyo se encontraba una mujer de rulos teñidos de rubio platino, de cabellera prominente. El hombre se tambaleaba dentro del remis, miraba hacia atras, hacia delante, hacia los costados, le hablaba al remisero, le hablaba a la mujer que ni lo miraba. Ella,0 estática en su asiento. El, borracho como una cuba (si es que las cubas se emborrachan tanto). O quizas no, quizas era un oligofrénico como hay muchos. No, no tenía problemas psiquiatricos, eso era alcohol. Un tipo verdaderamente miserable, se notaba con solo mirarlo. Y la mujer, sentada, quietisima. Yo en el fiat 600 rojo desde atrás, mirando. Cruzamos miradas con el remisero tambien, por el espejo retrovisor. Un gesto desesperado, como de desasosiego. ¿Por qué a mí? Por qué levantar a "esta gente" yo? Eso estaba pensando seguramente el remisero. O quizas no. Quizas ni le importa.
Y yo estaba contemplativa. Las realidades siempre son mas crudas cuando estoy contemplativa. Cuando es tan real, tan verdadero que asusta. Yo estaba tan contemplativa que me contemplaba a mi misma. Hace tiempo que estoy asi, mirandome desde afuera.
Miro con la cabeza, ni con los ojos ni con el alma. (el alma esta en otro lado, hacia donde miro) Con el puro raciocinio, miro. Observo. Comprendo. Todo es un objeto de estudio. Hasta el remisero enfrente mio.
Recién doblaron, los perdi de rastro.
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