Así de simple me meto debajo de tu piel; comparto el aire que respiras, me dejas transitarte cual boulevard, recorrer los senderos de tu cuerpo como si conociera sus caminos de memoria.
Sos tan liviano.
viernes, 8 de julio de 2011
jueves, 19 de mayo de 2011
lunes, 9 de mayo de 2011
jueves, 5 de mayo de 2011
e m p t i n e s s
Es un momento. Es ese instante, como olvidarte el camino de vuelta a casa, como a un niño que lo arrebatan del pecho de su madre, son dos manos que se sueltan y dejan de caminar juntas.
Es un momento. El desamor.
Cuando mirás atrás... pasó tanto, y queda tan poco. Es ese tiempo infinito e inconmensurable del vacío del amor. Dura tal vez unos segundos hasta el encuentro del nuevo amor, pero parece una eternidad, y es desgarrador, y nunca más voy a enamorarme de nuevo y la vida deja de tener sentido, es cómo caminar por esa calle fría y solitaria.
Respiro. Es tan solo un momento.
Es un momento. El desamor.
Cuando mirás atrás... pasó tanto, y queda tan poco. Es ese tiempo infinito e inconmensurable del vacío del amor. Dura tal vez unos segundos hasta el encuentro del nuevo amor, pero parece una eternidad, y es desgarrador, y nunca más voy a enamorarme de nuevo y la vida deja de tener sentido, es cómo caminar por esa calle fría y solitaria.
Respiro. Es tan solo un momento.
viernes, 11 de febrero de 2011
extraños
Ultimos días de verano.
Un viernes a las siete de la tarde en puente saavedra.
General paz esta repleta de autos. Intento mirar cuantos autos hay y el sol me da de lleno en la cara. Enceguecida durante unos segundos la mente se me puso en blanco.
Son días extraños estos. Habia salido a las 6.40 del trabajo, un poco mas tarde que lo usual, y me crucé a unos patrulleros a mil queriendo llegar a cabildo. Algun robo, pensé. Despues más adelante me crucé con una ambulancia. Algun herido, pensé. O quizas no. No me interesaba demasiado. Subi a la general paz atascadisima de coches. Durante esos extensos minutos parada, entre los cientos de autos, me puse pensativa. Claro, vos decís, uno siempre piensa. Mejor dicho me puse contemplativa. Comencé a mirar a los conductores a mi lado a los ojos, clavando la mirada pero sin demasiado interés (como quien mira a lindxs muchachxs). Algunos cerraron sus ventanillas. Quizas por miedo a que les penetre un rayo con la mirada, que se yo, pero justo un tipo la cerró cuando lo empecé a mirar.
Son dias extraños estos.
Unos cuantos minutos despues bajé de la autopista. Siempre ese semáforo tarda horas, más cuando hay conglomeración de automoviles. Seguia en modo contemplativo y me encontre con algo verdaderamente extraño. Enfrente mío habia un auto gris perlado, con dos pasajeros en el asiento de atrás. Un remis. En el asiento de atrás habia un hombre de tez oscura y de mirada perdida mirando hacia atras. Al lado suyo se encontraba una mujer de rulos teñidos de rubio platino, de cabellera prominente. El hombre se tambaleaba dentro del remis, miraba hacia atras, hacia delante, hacia los costados, le hablaba al remisero, le hablaba a la mujer que ni lo miraba. Ella,0 estática en su asiento. El, borracho como una cuba (si es que las cubas se emborrachan tanto). O quizas no, quizas era un oligofrénico como hay muchos. No, no tenía problemas psiquiatricos, eso era alcohol. Un tipo verdaderamente miserable, se notaba con solo mirarlo. Y la mujer, sentada, quietisima. Yo en el fiat 600 rojo desde atrás, mirando. Cruzamos miradas con el remisero tambien, por el espejo retrovisor. Un gesto desesperado, como de desasosiego. ¿Por qué a mí? Por qué levantar a "esta gente" yo? Eso estaba pensando seguramente el remisero. O quizas no. Quizas ni le importa.
Y yo estaba contemplativa. Las realidades siempre son mas crudas cuando estoy contemplativa. Cuando es tan real, tan verdadero que asusta. Yo estaba tan contemplativa que me contemplaba a mi misma. Hace tiempo que estoy asi, mirandome desde afuera.
Miro con la cabeza, ni con los ojos ni con el alma. (el alma esta en otro lado, hacia donde miro) Con el puro raciocinio, miro. Observo. Comprendo. Todo es un objeto de estudio. Hasta el remisero enfrente mio.
Recién doblaron, los perdi de rastro.
Un viernes a las siete de la tarde en puente saavedra.
General paz esta repleta de autos. Intento mirar cuantos autos hay y el sol me da de lleno en la cara. Enceguecida durante unos segundos la mente se me puso en blanco.
Son días extraños estos. Habia salido a las 6.40 del trabajo, un poco mas tarde que lo usual, y me crucé a unos patrulleros a mil queriendo llegar a cabildo. Algun robo, pensé. Despues más adelante me crucé con una ambulancia. Algun herido, pensé. O quizas no. No me interesaba demasiado. Subi a la general paz atascadisima de coches. Durante esos extensos minutos parada, entre los cientos de autos, me puse pensativa. Claro, vos decís, uno siempre piensa. Mejor dicho me puse contemplativa. Comencé a mirar a los conductores a mi lado a los ojos, clavando la mirada pero sin demasiado interés (como quien mira a lindxs muchachxs). Algunos cerraron sus ventanillas. Quizas por miedo a que les penetre un rayo con la mirada, que se yo, pero justo un tipo la cerró cuando lo empecé a mirar.
Son dias extraños estos.
Unos cuantos minutos despues bajé de la autopista. Siempre ese semáforo tarda horas, más cuando hay conglomeración de automoviles. Seguia en modo contemplativo y me encontre con algo verdaderamente extraño. Enfrente mío habia un auto gris perlado, con dos pasajeros en el asiento de atrás. Un remis. En el asiento de atrás habia un hombre de tez oscura y de mirada perdida mirando hacia atras. Al lado suyo se encontraba una mujer de rulos teñidos de rubio platino, de cabellera prominente. El hombre se tambaleaba dentro del remis, miraba hacia atras, hacia delante, hacia los costados, le hablaba al remisero, le hablaba a la mujer que ni lo miraba. Ella,0 estática en su asiento. El, borracho como una cuba (si es que las cubas se emborrachan tanto). O quizas no, quizas era un oligofrénico como hay muchos. No, no tenía problemas psiquiatricos, eso era alcohol. Un tipo verdaderamente miserable, se notaba con solo mirarlo. Y la mujer, sentada, quietisima. Yo en el fiat 600 rojo desde atrás, mirando. Cruzamos miradas con el remisero tambien, por el espejo retrovisor. Un gesto desesperado, como de desasosiego. ¿Por qué a mí? Por qué levantar a "esta gente" yo? Eso estaba pensando seguramente el remisero. O quizas no. Quizas ni le importa.
Y yo estaba contemplativa. Las realidades siempre son mas crudas cuando estoy contemplativa. Cuando es tan real, tan verdadero que asusta. Yo estaba tan contemplativa que me contemplaba a mi misma. Hace tiempo que estoy asi, mirandome desde afuera.
Miro con la cabeza, ni con los ojos ni con el alma. (el alma esta en otro lado, hacia donde miro) Con el puro raciocinio, miro. Observo. Comprendo. Todo es un objeto de estudio. Hasta el remisero enfrente mio.
Recién doblaron, los perdi de rastro.
jueves, 30 de diciembre de 2010
dos mil diez razones para no escribir nada profundo
Termina un 2010 con la módica suma de 12 entradas este año. Este verano 2011 el blog cumple tres años, tres años de posteos intermitentes. Tres años en los que cambié radicalmente.
Tan preocupada por crecer, chiquita, 17 años. Me sentía re grande, que boluda. Ahora tengo 20 y siento que me falta tanto camino... que recien estoy empezando, que todo es una hoja en blanco.
¿Por qué hice este blog en un principio? Bueno, como toda geek que NECESITA tener un espacio en cada red (flog, flickr, fb, tw, y toda esa mierda) es lógico que requiera un blog... pero un blog es más que eso. Uno escribe. Generalmente uno escribe sobre uno mismo cosas que solo le interesan a uno mismo, claro; básicamente es un diario personal, pero público.
Que podría decirte querido diario. Este año fue atípico (como todos los años, las cosas no se repiten, son siempre nuevas, y complejas, y simples al mismo tiempo) Empece a cursar en ciudad universitaria, casi todos los días de la semana, yendo y viniendo de acá para allá con mi adorado 600. Still, no tengo un trabajo serio, pero se puede decir que ha cambiado el esquema. Algunas cosas buenas, otras no tanto, algunas depresiones... Pero ante cada caída, una forma nueva de mirar la tristeza, de elaborarla, de descomprimirla.
Puedo ser feliz. Tengo que hacer lo que me hace feliz. El diseño gráfico me hace feliz. Él me hace feliz. Mis amigas me hacen feliz, planear viajes me pone +1000 up score. Ojalá se den esas vacaciones soñadas. Y seguir remando, contra la marea, contra la mala vibra, contra lo que hace mal. Respiro, inhalo, exhalo, bluff!
Saco lo bueno que pasó, espero lo bueno que vendrá.
2011 here i come!
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