Ser y Crecer

Todos compartimos casi la misma historia.
Nacemos, soportamos hermanos menores, o nuestros hermanos mayores nos soportan ( el segundo es mi caso). Usamos enteritos, colitas de caballo tirantes, flequillos abundantes, y los domingos vamos a la plaza de barrio con la emoción de subirnos a la calesita.
Comenzamos a crecer, nos interesan otras cosas, el chico de la esquina que me hace ojitos :$
Por supuesto le contamos TODO a nuestra mejor amiga, y nos peleamos a muerte porque se lo contó a otra. CUCHARITA CUCHARON NO ME JUNTO MAS CON VOS. Quién nunca lo habrá dicho?
En que momento cambiamos? Llega la adolescencia, queremos experimentar todo en un momento. Cambiamos de colegio, de look y de amigos.
Vemos las generaciones futuras y las vemos tan distintas. Pero no nos paramos a pensar que las generaciones anteriores así nos ven a nosotros, como bichos raros. CON ESOS RAROS PEINADOS NUEVOS!
Hay un click. No sé bien si a los 13, o a los 16, o los 18. Espero nunca perder esa inocencia, esa nena de colitas que siempre andaba desarreglada y perdia el lazo del guardapolvo, que no le importaba que le digan los demás, no podían lastimarla ni las palabras crueles de sus companieritas ni de la maestra de primer grado que la llamaba india.
El problema es que uno crece. Y es aterrador.