Ultimos días de verano.
Un viernes a las siete de la tarde en puente saavedra.
General paz esta repleta de autos. Intento mirar cuantos autos hay y el sol me da de lleno en la cara. Enceguecida durante unos segundos la mente se me puso en blanco.
Son días extraños estos. Habia salido a las 6.40 del trabajo, un poco mas tarde que lo usual, y me crucé a unos patrulleros a mil queriendo llegar a cabildo. Algun robo, pensé. Despues más adelante me crucé con una ambulancia. Algun herido, pensé. O quizas no. No me interesaba demasiado. Subi a la general paz atascadisima de coches. Durante esos extensos minutos parada, entre los cientos de autos, me puse pensativa. Claro, vos decís, uno siempre piensa. Mejor dicho me puse contemplativa. Comencé a mirar a los conductores a mi lado a los ojos, clavando la mirada pero sin demasiado interés (como quien mira a lindxs muchachxs). Algunos cerraron sus ventanillas. Quizas por miedo a que les penetre un rayo con la mirada, que se yo, pero justo un tipo la cerró cuando lo empecé a mirar.
Son dias extraños estos.
Unos cuantos minutos despues bajé de la autopista. Siempre ese semáforo tarda horas, más cuando hay conglomeración de automoviles. Seguia en modo contemplativo y me encontre con algo verdaderamente extraño. Enfrente mío habia un auto gris perlado, con dos pasajeros en el asiento de atrás. Un remis. En el asiento de atrás habia un hombre de tez oscura y de mirada perdida mirando hacia atras. Al lado suyo se encontraba una mujer de rulos teñidos de rubio platino, de cabellera prominente. El hombre se tambaleaba dentro del remis, miraba hacia atras, hacia delante, hacia los costados, le hablaba al remisero, le hablaba a la mujer que ni lo miraba. Ella,0 estática en su asiento. El, borracho como una cuba (si es que las cubas se emborrachan tanto). O quizas no, quizas era un oligofrénico como hay muchos. No, no tenía problemas psiquiatricos, eso era alcohol. Un tipo verdaderamente miserable, se notaba con solo mirarlo. Y la mujer, sentada, quietisima. Yo en el fiat 600 rojo desde atrás, mirando. Cruzamos miradas con el remisero tambien, por el espejo retrovisor. Un gesto desesperado, como de desasosiego. ¿Por qué a mí? Por qué levantar a "esta gente" yo? Eso estaba pensando seguramente el remisero. O quizas no. Quizas ni le importa.
Y yo estaba contemplativa. Las realidades siempre son mas crudas cuando estoy contemplativa. Cuando es tan real, tan verdadero que asusta. Yo estaba tan contemplativa que me contemplaba a mi misma. Hace tiempo que estoy asi, mirandome desde afuera.
Miro con la cabeza, ni con los ojos ni con el alma. (el alma esta en otro lado, hacia donde miro) Con el puro raciocinio, miro. Observo. Comprendo. Todo es un objeto de estudio. Hasta el remisero enfrente mio.
Recién doblaron, los perdi de rastro.
viernes, 11 de febrero de 2011
jueves, 30 de diciembre de 2010
dos mil diez razones para no escribir nada profundo
Termina un 2010 con la módica suma de 12 entradas este año. Este verano 2011 el blog cumple tres años, tres años de posteos intermitentes. Tres años en los que cambié radicalmente.
Tan preocupada por crecer, chiquita, 17 años. Me sentía re grande, que boluda. Ahora tengo 20 y siento que me falta tanto camino... que recien estoy empezando, que todo es una hoja en blanco.
¿Por qué hice este blog en un principio? Bueno, como toda geek que NECESITA tener un espacio en cada red (flog, flickr, fb, tw, y toda esa mierda) es lógico que requiera un blog... pero un blog es más que eso. Uno escribe. Generalmente uno escribe sobre uno mismo cosas que solo le interesan a uno mismo, claro; básicamente es un diario personal, pero público.
Que podría decirte querido diario. Este año fue atípico (como todos los años, las cosas no se repiten, son siempre nuevas, y complejas, y simples al mismo tiempo) Empece a cursar en ciudad universitaria, casi todos los días de la semana, yendo y viniendo de acá para allá con mi adorado 600. Still, no tengo un trabajo serio, pero se puede decir que ha cambiado el esquema. Algunas cosas buenas, otras no tanto, algunas depresiones... Pero ante cada caída, una forma nueva de mirar la tristeza, de elaborarla, de descomprimirla.
Puedo ser feliz. Tengo que hacer lo que me hace feliz. El diseño gráfico me hace feliz. Él me hace feliz. Mis amigas me hacen feliz, planear viajes me pone +1000 up score. Ojalá se den esas vacaciones soñadas. Y seguir remando, contra la marea, contra la mala vibra, contra lo que hace mal. Respiro, inhalo, exhalo, bluff!
Saco lo bueno que pasó, espero lo bueno que vendrá.
2011 here i come!
jueves, 21 de octubre de 2010
Pero el amor, esa palabra... moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mi ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estas del otro lado, ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo mas profundo de la posesión no estas en mi, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (como te gusta usar el verbo amar, con que cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido por un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curaras antes que yo y eso que me queres como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mi sera cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revolver, amor que le de los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no se tomar, perdóname. Me estas alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya esta bien así. También puedo ser grosero, fíjate. Pero fíjate bien, porque no es gratuito.
e igual, así, te amo.
lunes, 11 de octubre de 2010
allegô
Sensaciones encontradas, o desencontradas. La gloria o el fracaso absoluto. El dolor, la pasión y luego después, la indiferencia.
Las elecciones diarias, la rutina... la maldita inercia. El cuerpo que aún a mi lado es lejano, y el deseo de un cuerpo que me es ajeno. El miedo, el pánico; la intolerancia, el desamor. El sabor del alma, el aroma de la superficie. El jóven impaciente, y el tiempo impasible. Las relaciones intermitentes. El dilema existencial, y el paradigma inconcluso. Elegir. En cuestiones de elegir y saber como elegir radica el problema. Se me desdibujan los esquemas en cuanto tengo que elegir.
jueves, 19 de agosto de 2010
La paradoja del niño rico
Se acerca el verano y se me grafican en la mente imágenes, acompañada de grandes titulares del noticiero más visto."La Feliz repleta, estalla el verano" Y miles y miles de personas lagarteando a orillas de la costa atlántica argentina. Clase media, esa que anhela y guarda todo su salario, para ir a consumir excesivamente (hasta donde dé la billetera) a "la movida marplatense", aunque no tenga ni medio billete para ir al casino. Porque no es cuestión de ser, sino de aparentar. Ni decir los que van a Punta del Este, a ver si se cruzan a algun "famoso". Identifico a estos con la señora de barrio, que mira a Rial, y admira a Legrand, o peor, a Ricky Fort, que me parece aun más patético que su parodia, "roque fort".
Lo que vino a mi mente, esta mañana, en el camino de mi casa a la facultad, es esta gran parodoja. En los 90's los niños ricos, que estaban deprimidos, querían viajar a Europa a curar sus penas al viejo continente.
En cambio hoy los burgueses veinteañeros, que quieren "conocerse a si mismos" se compran un gorrito coya, una mochila bien grande y dicen que quieren ser "mochileros", y se van al norte argentino. Ojo, viajan en avión y se hospedan en los mejores hoteles. Pero ellos son "mochileros" (claro, porque tienen MOCHILAS!)
A diferencia de la clase media que anda justa de plata todo el año, pero en esos 15 días de vacaciones quiere despilfarrar, actuar como si fuera algo que no es, la paradoja de estos nuevos niños ricos, es que quieren aparentar ser más pobres. Quieren conectarse con la naturaleza, quieren ir a ver a los indígenas del norte, comer humita, irse a dedo. Pero jamás se subirían a un camión de un desconocido, para viajar quien sabe con que ritmo, bancandose un lugar donde dormir, procurandose como puede la comida y subsistir, como un verdadero mochilero (si es que todavia existen). Me resulta más que demagogo, hasta un insulto al que no viaja en avión ni se hospeda en los mejores hoteles, al que duerme en carpa no porque sea pintoresco sino porque no le alcanza, y que viaja como puede y no con una prosa sobre el falso contacto con la pachamama, sino verdaderamente para conocer esta tierra, su gente, ver lindos paisajes y pasarla bien, más alla de las comodidades.
No se si me explico, no quise ofender a nadie (ni a los playeros, ni a los norteños) Yo he ido a vacacionar a la costa, aunque prefiero la montaña, y me encantaría conocer más lugares. Pero nada, iba pensando eso y quería escribirlo, libres están para refutarlo -los que quieran.-
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