salir o no salir?

Tirada, un domingo soleado, mirando tv y comiendo helado.
Una se pregunta-pero que estoy haciendo?
Debería salir al mundo, que no debe ser mas aterrador que imaginarme dentro de diez años en el cuerpo de María Marta Serralima.
El otro día fuí al centro. Me digné a salir, y al observar a la gente una se siente tan sola.
No me entiendan mal, la soltería no es lo peor del mundo. Es que las películas de Hallmark románticas tocan mis puntos débiles.
Miraba los distintos tipos de hombre. Los oficinistas, tan apabullados y mimetizados con la gris ciudad. Los buenos partidos, con el angular ocupado, que los espera en su casa de estilo minimalista una blonda que no sabe lavar ni un vaso. Es cuando pensas- ni ahí que me da bola a mí, que soy una morocha de barrio.
Despues los intelectualoides, de barba tupida, saco, y morral al costado. Estudiantes de fotografia, cine o algo por el estilo. Se juntan todos los viernes con sus demas amigos intelectualoides a debatir sobre lo mal que esta la sociedad y que deberíamos cuidar a la naturaleza sino nos vamos a quedar sin bosques, mientras comen ensaladas mixtas de verduras y toman te frío. No me caen mal, pero creo que no tendria nada de que hablar.
A la vanguardia, llegan los estudiantes de moda y diseño. Por las grandes galerías de Baires, vestidos quién sabe con que trapo y luciendolo como si fuera un traje de Armani.
Yo no pertenezco a esta clase de sociedad. Donde cuadra mi personalidad?
Vuelvo a mi barrio, del eterno conurbano, donde la gente no se pone un un vestido hecho de papel celofán naranja acompañado por un sombrero plateado con plumas de faisan.
Será aburrido, pero me siento un poco diferente cuando me pongo una media de un color distinto.

Me levanto al mediodia y tengo que hacer las compras. Calzo la primer pilcha que encuentro y me la pongo.
Entro al super, desinteresada buscando la lata de arvejas y el sachet de leche. Quedo plasmada en la gondola con un flaco de bermudas y una pequeña barba de dos días, esa tierna sombrita debajo de la chiva. Me mira, me sonrojo levemente, y bajo la mirada.
Lo vuelvo a encontrar en la fila para pagar, pero esta vez observo que hay un niño de unos dos años tirandole de la remera. AAAY QUE TIERNO VIENE CON EL SOBRINITO A COMPRAR!
Hasta que unos minutos después le dice- papá, haceme upaa !
.... UPA ! ooopa. eeepa.- tiene hijo .
Algo mal tenia que salir.
Pero no tenia anillo. MUAJAJA!
... pude descubrir que vivia con la madre del nene, por algunas palabras del niño. La modernidad y su fuckin madre !


OK! voy a volver a casa.
Estan pasando la temporada vieja de Will&Grace por sony y sobró medio kilito de helado.